Saint John Paul II visited Ayacucho in the highlands of south-central Peru, and urged leftist rebels to lay down their weapons and convert ”to the cause of reconciliation and peace.”
He told cheering crowds at the heavily guarded airport at Ayacucho:
Os ruego con dolor de corazón, y al mismo tiempo con firmeza y esperanza, que reflexionéis sobre los caminos que habéis elegido. La violencia no es un medio de construcción.
En Perú se les presenta una tarea que no puede posponerse: trabajar por medios no violentos para restablecer la justicia en las relaciones humanas, sociales, económicas y políticas.